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¿Estamos preparados para el calor? Calambres, síncope, agotamiento y golpe de calor

  • Foto del escritor: Rafael López
    Rafael López
  • 10 abr 2021
  • 6 Min. de lectura

Introducción


La llegada del calor es esperada con ansias por un gran sector de la población. Salidas a la playa, lagos, caminatas, carreras y múltiples eventos al aire libre son practicadas por un número considerable de personas de todas las edades. Pero esto también trae retos para el personal sanitario, guías de deportes al aire libre, bomberos y población en general. Por una parte, aumenta el número de personas expuestas a la altas temperaturas y por otra, se incrementan fenómenos asociados como los incendios forestales que ponen en riesgo muchas vidas humanas incluyendo al personal de emergencia como bomberos.


Incendio forestal en Arboricultura Oaxaqueña, México. Fotografía Jesús Eric Mauro Jiménez


El calentamiento global, producto del cambio climático acelarado hace que estos fenómenos sean cada vez mas frecuentes y continuará así en el futuro. Si vemos un mapa de los incendios forestales a nivel mundial el panorama es muy preocupante. Figura 1. Siguiendo el enlace se puede observar cualquier parte del mundo y los incendios activos o el comportamiento histórico por regiones.


Figura 1. Imagen satelital que muestra los incendios forestales de las últimas 24 horas. Fecha 22 de marzo de 2021. Fuente https://firms.modaps.eosdis.nasa.gov/map/#d:2021-03-23..2021-03-24;@-75.0,21.2,4z


Debido a esto, dedicaremos este post a algunas de las afectaciones que consideramos más importantes y cuyo reconocimiento temprano pueden ser de gran utilidad en el medio prehospitalario y son: calambres, síncope, agotamiento y golpe de calor.



Algunas bases necesarias


Como hemos visto en post anteriores dedicados a la hipotermia (https://www.rescatealdia.com/post/manos-fr%C3%ADas-coraz%C3%B3n-caliente-hipotermia-parte-1) el organismo posee una serie de mecanismos de producción, acumulación y disipación de calor que mantienen un equilibrio térmico adecuado.

El organismo puede perder calor a través de la radiación, la conducción y la convección. Además en ese post explicamos el efecto del viento en este proceso de transferencia de calor. Revise el post mencionado parea mayor explicación de estos mecanismos.


¿Pero qué pasa con el calor?


Al aumentar la temperatura ambiental por encima de los 35°C el organismo pierde la capacidad de eliminar calor por radiación. Al existir más calor externo que interno, el ambiente "irradia" hacia el cuerpo así que básicamente nos “calentamos”.

Es aquí donde el mecanismo más eficiente de pérdida de calor es la evaporación, y para ello es necesario producir sudor. A través de este mecanismo, se produce la pérdida de 0.58 calorías por cada gramo de agua evaporado. Sin embargo, este mecanismo se ve afectado por un factor externo, y es la humedad relativa. Si la humedad relativa es alta (“calor húmedo”) la evaporación se reduce considerablemente y sería como tratar de secar ropa recién lavada cuando hay mucha humedad. En resumen, si hay calor sudamos para enfriarnos, pero si hay humedad, se reduce la evaporación y por tanto no nos enfriamos como debemos.

Recordemos que el organismo trata de mantener una temperatura central estable como podemos observar en la Figura 1. Estos mecanismos comienzan a fallar por debajo de los 35°C o por encima de los 40°C (1)



Figura 1. Intervalos de la temperatura central medidas via oral y rectal en dependencia de la actividad del individuo. Tomado de Guyton y Hall (2)


El organismo utiliza cuatro mecanismos principales para reaccionar ante el aumento de la temperatura: dilatación de vasos sanguíneos, en particular en la piel; incremento de la producción de sudor; disminución en la producción de calor y control conductual del calor.

Al producirse la vasodilatación periférica el gasto cardiaco puede incrementarse en hasta 3L/min por cada grado que se eleva la temperatura central. (1) Como mecanismo compensatorio a esta disminución del volumen sistólico causado por la vasodilatación se elevará la frecuencia cardiaca. Esto es particularmente sensible en pacientes con enfermedades cardiovasculares subyacentes.

A la par de esto, se activan los mecanismos responsables de aumentar la sudoración por lo que puede alcanzarse una regulación térmica adecuada.

No menos importante es el control conductual. Al sentirnos acalorados buscamos formas de “enfriarnos”, esto incluye alejarnos de la fuente de calor, buscar lugares mas fríos, ventilarnos entre otras opciones.

Cuando los mecanismos antes mencionados no logran mantener una temperatura adecuada entonces la temperatura aumenta y sobreviene la lesión térmica. Esto puede ocurrir de manera lenta durante periodos de altas temperaturas instalándose algunos desequilibrios electrolíticos y/o de volumen circulante fundamentalmente en adultos mayores y niños.

En este mismo sentido, si se produce un esfuerzo físico, como en el caso de deportistas o bomberos, aumenta la producción de calor por la contracción del musculo estriado agravando la situación del ya deficiente mecanismo “enfriamiento”, por lo que se puede hablar de una lesión térmica por esfuerzo (1).

Un caso muy particular pero frecuente durante la temporada de calor es la hiperpirexia por confinamiento (hiperpirexia se refiere generalmente a un aumento de la temperatura central por encima de los 41°C) (3). Este caso en específico ocurre cuando, por ejemplo, niños quedan encerrados en los coches sin ventilación adecuada o migrantes son abandonados en vagones u otros espacios cerrados entre otras muchas variantes a las que nos podemos encontrar.



Incendio forestal en Arboricultura Oaxaqueña, México. Fotografía Jesús Eric Mauro Jiménez


Manifestaciones clínicas mas importantes en el ámbito prehospitalario


El calor produce una gran variedad de afecciones que no serán tratadas en este post por cuestiones de tiempo. Por esto, solo hemos incluido las que creemos más importantes en el ámbito prehospitalario y son: calambres, síncope, agotamiento y golpe de calor( Figura 2).

Figura 2. Signos y síntomas de las urgencias por calor. Tomado de Tintinalli et al. (1)


Calambres por calor: “son contracciones dolorosas, involuntarias y espasmódicas de los músculos estriados” (1). Estos calambres pueden llegar a ser muy dolorosos. Se han detectado algunos desequilibrios electrolíticos que incluyen hiponatremia e hipocloremia en pacientes con calambres intensos.

El tratamiento incluye evidentemente la retirada del entorno caliente hacia un lugar mas fresco y la reposición de sales y líquidos por vía oral o intravenosa. Puede se útil el uso de soluciones deportivas de electrolitos que son cada vez mas comunes y su sabor es mejor tolerado por el paciente.


Síncope por calor: Esta variante del síncope se ha descrito como una forma de la hipotensión postural debido a la pérdida de volumen, la vasodilatación periférica y la disminución del tono vasomotor. Es necesario una valoración lo mas completa posible de cualquier síncope para descartar otras causas. El tratamiento incluye el reposo en un lugar fresco y la reposición de fluidos. El síncope es más común en personas no aclimatadas, pero puede ocurrir en cualquier persona.


Agotamiento por calor: El agotamiento por calor ocurre a través de dos mecanismos fundamentales, la pérdida de agua y la pérdida de sodio, aunque en general ambos están combinados. La pérdida de agua puede encontrarse en personas que no han repuesto de manera adecuada su volumen. En cambio, el agotamiento por pérdida de sodio aparece en personas que han tomado mayoritariamente soluciones hipotónicas (incluyendo agua) por lo que el sodio no ha sido repuesto en su esquema de hidratación. Los pacientes con esta afección suelen tener cefalea, náuseas, vómitos entre otros. Es común encontrar datos de deshidratación que incluyen taquicardia e hipotensión ortostática (hipotensión postural que ocurre cuando cambias de posición por ejemplo de sentado a de pie).

El tratamiento se basa en reposo en un lugar fresco y reposición de fluidos. Sin embargo, es necesario aclarar que estos pacientes deben ser valorados de manera más detallada pues pueden evolucionar a un golpe de calor incluso si se han retirado del ambiente caliente (1). Es por esto por lo que se recomienda que, si el paciente no responde a la retirada del ambiente caliente y la reposición de fluidos en los primeros 30 minutos, debe ser enfriado por otros métodos de manera expedita.


Golpe de calor: El golpe de calor debe ser tratado con urgencia pues tiene una mortalidad que va del 30 al 80%. Los puntos clave para su diagnóstico son la temperatura por encima de los 40°C y la alteración del estado mental. Muchas veces se habla de la anhidrosis (piel seca) como criterio diagnóstico, sin embargo se ha demostrado que hasta un 50% de los pacientes con golpe de calor presentan sudoración.


El retraso del enfriamiento aumenta de manera considerable la mortalidad.


El paciente con golpe de calor debe ser evacuado lo antes posible para su atención hospitalaria. A nivel prehospitalario se busca enfriar lo antes posible y tomar medidas de reanimación y monitorización estándares evitando administración agresiva de fluidos.

Los métodos de enfriamiento mas usados son: el uso de aire acondicionado, rociar al paciente con agua tibia y permitir un flujo de aire que favorezca la evaporación, colocar sábanas o compresas húmedas o frías en cuello, ingles y axilas.

La utilización de compresas químicas de enfriamiento parecen ser útiles en entornos prehospitalarios por lo que pueden ser un elemn ento a considerar en los botiquines tanto personales como de las unidades que trabajan durante estas labores.


Hasta aquí nuestro post y como siempre esperamos les sea de utilidad y nos vemos en el próximo tema



Referencias

1-Tintinalli, J. E. (2011). Tintinalli: medicina de urgencias. McGraw Hill Mexico

2- Hall, J. E. (2011). Guyton y Hall. Tratado de fisiología médica. Elsevier Health Sciences.

3- McGugan, E. A. (2001). Hyperpyrexia in the emergency department. Emergency Medicine, 13(1), 116-120.

 
 
 

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